Familia, regalos de todo tipo (tangibles e intangibles) y entretención asegurada. Esa sería una gran descripción de lo que significa la Navidad para mi. Mi subconsciente infantil debe ser muy grande, porque aún siento la emoción de niño por estas fechas. 21 navidades han pasado y ya no creo en el Viejito Pascuero (no recuerdo el momento en que dejó de existir para mi), pero la ilusión del 24 de Diciembre sigue ahí, intacta, latente en estos días previos. Y lo mejor es que sigo disfrutando de esa sensación. Creo que eso me pasa porque desde chico la Navidad siempre me ha dejado buenos recuerdos. Desde aquella vez que vino el Pascuero a mi casa, o esa fiesta enorme que hicimos en la casa de mis abuelos en Santiago. O la del año pasado, cuando estuvimos solos con mis padres y mi hermana (probablemente la celebración con menos quorum de la historia familiar) pero que ha sido una de las más disfrutadas. Por eso me emociona esta época. Y entre todos esos recuerdos, me queda el de los mejores regalos que me han hecho en esta fecha. Por eso salió este mini ránking, aunque no en orden de preferencias.
- Figuritas de los thundercats: No sé que año fue, creo que como el 88/89 mas menos. En la mencionada fiesta en casa de mis abuelos, en Avenida Grecia, a mis manos llegaron Pantro, Tigro, Madrilo, Mum Ra y el legendario Leono. No me la creía, jugué toda la noche con ellos. Todavía los tengo guardados, aunque bastante deteriorados.
- Casa de masa de galletas: Mi madrina, siempre tan preocupada por entregar regalos significativos, me hizo una casa de galletas. Al más puro estilo Hansel y Gretel. Era un enano, pero lo recuerdo. Era preciosa la casa, ultra decorada con muchos colores, chubis y otros dulces. Y para rematarla, era exquisita.
- Una pelota de fútbol: Era qué no. Cómo no se iba a hacer presente el Viejo PAscuero con ese regalo que todos los niños quieren. No sé si fue la primera (lo dudo) pero me acuerdo mucho porque era "oficial". La ciudé como hueso santo, onda que no se manchara ni se rompiera, pero después la usé hasta que murió.
- Un hamster que me regaló mi hermano. No me gustaba mucho como mascota, pero le tomé mucho cariño por dos razones: porque tenía todo el valor de quién me lo entregaba y además porque era lo más original que me habían regalado en mucho tiempo. Se llamaba Ludwig y era blanco con manchitas café claro. Notable!
- Un casete de Café Tacuba, Re: fue una de mis iniciaciones en el mundo musical. Lo escuché cientos de veces ese verano hasta que me aprendí las letras. Todas.
Estos recuerdos son los que le dan vida a esta época, con árbol de navidad, jingles, decoración y la bota de género pegada en la la puerta de mi pieza , que tengo desde los cuatro años. Al Igual que la ilusión navideña.
Feliz NAVIDAD a todos!!!
PD: Amigo Osvaldo, no sea tan Grinch y disfrute mañana =)